Comentario del profesor Raúl Conejeros de la Escuela de Ingeniería Bioquímica PUCV, sobre el libro “Entramados Vegetales” de Marcela Carabelli:
Al mirar las primeras páginas del libro “Entramados Vegetales”, que son principalmente fotografías, no puedo evitar dar una opinión desde el punto de vista que caracteriza mi formación, ya que muestra a los dos protagonistas del relato visual: las fibras vegetales y las manos de quienes las transforman en objetos útiles.
El libro surge como el producto de un recorrido a un grupo de islas de Aysén, en un viaje de conocimiento de la identidad de esas localidades, tanto a través del acercamiento a las personas, como a su capacidad de interactuar con la naturaleza, al usar las fibras de algunos vegetales para la confección de utensilios que van desde canastos a construcciones cubiertas.
El relato fotográfico lleva ejemplos que sirven de manual de construcción de algunos objetos cotidianos, describiendo las características y tratamientos básicos de los materiales, hasta los detalles del entramado y tejido de las fibras. Es así como en parte el libro intenta un rescate de un arte manual que se origina en las costumbres de los Chonos que habitaban esas localidades, las que permanecen en aquellos que migraron a esos lugares y que debieron adaptar su vida a los recursos básicos de fabricación y al ambiente aislado del sur de Chile.
El libro nos recuerda que una buena parte de nuestra identidad, es decir, quienes somos, depende de nuestro oficio, aquel arte que desarrollamos durante nuestra vida cotidiana y que hacemos con nuestras manos para dar funcionalidad a lo que nos rodea. Esa interacción es una expresión de nuestra humanidad, eso es en el fondo nuestro patrimonio, lo que define nuestro capital actual y nuestro potencial de futuro. Esto parece quizás ajeno en un mundo moderno de ciudades, donde se encarga mucho la necesidad de fabricación a la industria y llegamos al punto del desconocimiento de los métodos de fabricación de aquello que nos es más inmediatamente necesario.
Es así como, en el mundo moderno nuestro arte y oficio se alejan del contacto directo de la naturaleza y contribuyen a un mundo más abstracto y artificial. De esta manera, la recopilación presentada en el libro “Entramados Vegetales”, a través de relatos, fotografías y saberes, nos recuerda una realidad pasada, pero presente en nuestro país, en que coexisten situaciones diversas y dispersas. Nos muestra que desde esa aparente precariedad, surge nuestra humanidad, esto es, desde el acto de la fabricación a partir de los elementos que ofrece la naturaleza, una visión de manos conectadas con la esencia de la vida.